La última partida
Alguien llamó a su puerta. Por mucho que insistiera en no abrir, no tenía escapatoria; la puerta de su casa, por las buenas o las malas, tenía que dejar pasar a la oscura silueta, como en otras ocasiones. Silenciosa, con un halo espiritual, aquella señora de luto le retó a jugar otra partida. Como si una mano invisible hubiera agarrado su cuello, no podía respirar cuando supo que no era el dominó, ni las cartas, el juego al que había sido retado. Y es que la señora, cuyo rostro estaba tapado por un visillo gris, había extraído de su bolso un tablero blanco y negro y una pequeña caja con unas fichas de marfil. Él nunca había jugado al ajedrez, iba a perder la partida de su vida sin poder hacer nada para evitarlo.
Para él esta canción del grupo australiano The Go-Betweens. Uno de sus integrantes, Grant McLennan, no pudo evitar, que el pasado seis de mayo, esa señora, guadaña en mano, llamara a la puerta de su habitación.