mayo 27, 2006

La última partida

Alguien llamó a su puerta. Por mucho que insistiera en no abrir, no tenía escapatoria; la puerta de su casa, por las buenas o las malas, tenía que dejar pasar a la oscura silueta, como en otras ocasiones. Silenciosa, con un halo espiritual, aquella señora de luto le retó a jugar otra partida. Como si una mano invisible hubiera agarrado su cuello, no podía respirar cuando supo que no era el dominó, ni las cartas, el juego al que había sido retado. Y es que la señora, cuyo rostro estaba tapado por un visillo gris, había extraído de su bolso un tablero blanco y negro y una pequeña caja con unas fichas de marfil. Él nunca había jugado al ajedrez, iba a perder la partida de su vida sin poder hacer nada para evitarlo.

Al día siguiente, el joven sobrino de este jugador desgraciado, llamó a sus padres, como cualquier otro día, sin saber que el rey de su tío había sido comido por una torre. Claro que de vez en cuando, la voz que le responde al teléfono suena temblorosa. De vez en cuando…este chico no sabe qué responder. De vez en cuando…tendrá que mirar a sus padres de forma diferente a la de los días de hacer. De vez en cuando…no quiere pensar, por doloroso, el vacío abismal de quienes vivían alrededor su tío. De ven en cuando…empieza a hacerse preguntas que nadie le va a responder. De vez en cuando se pregunta cuándo jugará la definitiva e inevitable partida de ajedrez.

En recuerdo de mi tío abuelo de Molina...

Para él esta canción del grupo australiano The Go-Betweens. Uno de sus integrantes, Grant McLennan, no pudo evitar, que el pasado seis de mayo, esa señora, guadaña en mano, llamara a la puerta de su habitación.


4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

A mi, el tío de Molina me llevó a ver a la Reina Sofia cuando vino al teatro. Jamás me olvidaré de aquel momento, no se para que vino la reina, ni siquiera se si en realidad era ella, sólo me acuerdo de aquella frase que siempre me repetia...irene, ¿nos vamos a ver a la Reina al teatro?.....te acuerdas de los chicles que nos trajo una vez que tenían pegatinas de coches.........io si.

11:39 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Acabo de conocer este cuaderno. He estado observando que las cosas que pasan "desapercibidas", o que incluso así lo pretenden, suelen chocar a quien las descubre mucho más profundamente que las cosas con las que la industria cultural le machaca constantemente. Pues eso... Este blog es genial! Pienso cambiar mi nombre "Marta Subterránea" por "Marta Desapercibida".

Pero qué bien escribes, jo***!

1:12 a. m.  
Blogger desapercibidos said...

Del palillo en la boca, del botón de la camisa desabrochada, de los ojos diminutos...pero lo que nunca se me olvidará es esa frase casi automática que sonaba en mi cabeza cada vez que veía en la puerta de VillaVera un Ford color blanco.

Gracias Irenukuss y gracias Marta, me ha hecho mucha ilusión vuestros primeros comentarios.

2:12 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

¿De dónde sacas el tiempo para escribir tanto y tan bien? Este blog se merece 2 puntos, es de lo mejor que he visto por aquí y aunque se lo proponga, jamás podría pasar desapercibido.

11:20 p. m.  

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